viernes, 18 de diciembre de 2009

Señales de agotamiento y Estrés del Masajista

SEÑALES DE AGOTAMIENTO Y ESTRÉS DEL MASAJISTA

Jesús Roca Miranda

Centro Politécnico de Técnicas Integrales

  • Si se ha ido aislando progresivamente y ha perdido contactos exteriores con amigos, actos sociales, etc.
  • Si tiene la sensación de encontrarse sin energía, cansado, o con fatiga crónica.
  • Si ha empezado a sufrir problemas relacionado con el sueño: dificultad para conciliar el sueño, despertarse por la noche, o necesidad de dormir a todas horas del día. Normalmente se busca apoyo farmacológico para superar estas dificultades.
  • Si se ha perdido el apetito, o tiene ganas de comer a todas horas.
  • Si se ha vuelto irascible, se irrita o se enfada a la mínima, y sufre cambios de humor y del estado de ánimo con frecuencia.
  • Si se encuentra torpe, se le caen los objetos, o se tropieza habitualmente.
  • Si descuida su aspecto físico.
  • Si está despistado, le cuesta concentrarse, o se le olvidan las cosas con facilidad.
  • Si tiene síntomas físicos; los más habituales son los trastornos digestivos o estomacales, pero también puede notar palpitaciones o nerviosismo.
  • Si se trata al paciente o cliente con desconsideración o con cierta agresividad.
  • Si pierde el interés por personas que antes le ilusionaban como familiares, amigos, etc. O por actividades o aficiones que tenía anteriormente.
  • Si ha empezado a consumir o ha aumentado de una forma considerable el consumo de fármacos, alcohol, café o tabaco.

Medidas para que el masajista se cuide a sí mismo

  • Conocer las señales de peligro, reconocerlas en sí mismo cuando aparezcan y tomar medidas para solucionarlas.
  • Pedir ayuda a familiares, a las instituciones y a los profesionales de su misma rama o ramas afines.
  • Organizar los cuidados: poner límites; reservar tiempo para su esparcimiento; dejarse ayudar por otras personas; aprender a decir que no ante comportamiento excesivamente egoístas por parte del paciente; o planificar el futuro.
  • Dormir y descansar adecuadamente.
  • Salir de casa. Buscar familiares, amigos o un profesional que puedan hacerse cargo del trabajo de uno si fuese necesario.
  • No aislarse. Mantener relaciones con amigos y familiares con quien poder hablar y desahogarse.
  • Mantener aficiones y actividades que realizaba anteriormente.
  • Quitarse el sentimiento de culpa cuando dejamos nuestro trabajo en manos de otro profesional cuando estamos disfrutando de una actividad de ocio o de esparcimiento.

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