martes, 10 de enero de 2012

El Cromo y el Síndrome Metabólico

Se denomina Síndrome metabólico (también conocido como Síndrome X, Síndrome
Plurimetabólico, Síndrome de Insulinorresistencia o Síndrome de Reaven) a la conjunción de
varias enfermedades o factores de riesgo en un mismo individuo que aumentan su probabilidad
de padecer una enfermedad cardiovascular o diabetes mellitus. En los Estados Unidos, de
acuerdo con las definición de Síndrome metabólico hecha por la NCEP (National Cholesterol
Education Program-Adult Treatment Panel III), alrededor del 25% de la población mayor de
20 años padece del síndrome metabólico, considerando síndrome metabólico como aquella
situación en la que un individuo presenta simultáneamente obesidad central (localizada en el abdomen) y resistencia a la insulina. Respecto de los perfiles de la edad de los candidatos a padecer Síndrome Metabólico, ésta ha ido bajando de forma dramática. Si antes se hablaba de pacientes que bordeaban los 50 años, ahora el grupo de riesgo está situado en torno a los 35 años, esto ocurre porque desde etapas muy tempranas de la vida, las personas adoptan malos hábitos de alimentación y practican poco ejercicio físico.
El cromo desempeña un papel muy importante en el metabolismo de los hidratos de carbono y de los lípidos y es por este motivo que puede ser de gran ayuda en el tratamiento del síndrome metabólico.
Se encuentra contenido en los vegetales en poca cantidad (excepto en el berro que contiene
una cantidad superior al del resto de los alimentos de su grupo), en las algas marinas y plantas
acuáticas, en las vísceras animales y en la carne, en las hortalizas de hoja verde, en los cítricos
y en los frutos secos. Todas las plantas que tradicionalmente se han empleado para el
tratamiento de los trastornos del metabolismo de los hidratos de carbono son ricas en cromo
(p.e.: berro, olivo, eucalipto y algas marinas entre otras).
En el organismo humano se encuentra en todos los órganos y tejidos pero especialmente en
páncreas y glándulas suprarrenales. Su reservorio natural es el hígado. La cantidad total en el
cuerpo es de unos 1,5 miligramos, siendo la cantidad máxima en el nacimiento y disminuyendo
con la edad. La disminución del cromo con la edad supone una disminución de la tolerancia a la
glucosa que favorece la aparición de diabetes tipo II y que además produce un aumento de la
glicosilación de las proteínas, lo que supone un factor importante de envejecimiento.
La ingesta de hidratos de carbono refinados inhibe la absorción de cromo y produce por
tanto un aumento importante de las cifras de glucosa en sangre.
Las CDR (cantidades diarias recomendadas) son 40 microgr. por día.
Papel biológico
El cromo forma parte del FTG (factor de tolerancia a la glucosa). Este factor está compuesto
por el propio cromo, la vitamina B3 y algunos aminoácidos y es indispensable para el
funcionamiento de la insulina. El FTG actúa aumentando el número de receptores en la
membrana celular a la insulina, de forma, que su presencia facilita la entrada a la célula de la
glucosa para su utilización como sustrato energético.
Además, el cromo favorece el metabolismo de los lípidos, estimulando la lipogénesis,
convirtiéndolos en glucosa que posteriormente es captada y utilizada por la célula, por lo que
contribuye a la normalización de las cifras de colesterol y triglicéridos en sangre y ayuda a
combatir la obesidad. Interviene además en el metabolismo tiroideo.
El estrés aumenta la excreción de cromo, por lo que los pacientes sometidos a estrés físico o
psíquico pueden presentar un déficit de este elemento.
Utilidad del cromo El cromo puede ser un complemento útil en las siguientes patologías o situaciones:
o Diabetes, especialmente tipo II. (Hay algunos estudios que indican que también tiene un papel
positivo en la hipoglucemia, atribuyéndosele por tanto un papel equilibrante)
o Hipercolesterolemia
o Hipertrigliceridemia
o Obesidad
o Celulitis
o Arteriosclerosis
La dosis habitualmente empleada en estos casos es de 25 μgr al día. Evidentemente la suplementación con cromo no excluye el tener una dieta sana y adecuada a la patología y necesidades de cada individuo, ni de practicar ejercicio regularmente.
En oligoterapia, se ha utilizado tradicionalmente la asociación Zinc-níquel-cobalto para el
tratamiento de los trastornos del metabolismo de los hidratos de carbono (diabetes, hiperglucemia…)
Esta asociación tiene un resultado muy eficaz en dichos procesos, siendo un excelente regulador de los
mecanismos fisiológicos que contribuyen a mantener una glucemia adecuada. La acción del cromo y
del zinc-níquel-cobalto se produce por distintas vías, por lo que en muchas ocasiones, el tratamiento
correcto se hará con la combinación de ambos oligoelementos.
La pauta a seguir puede ser esta:
• Zinc-Níquel-Cobalto: de 1 a 3 ampollas diarias, preferentemente
antes de las comidas
• Cromo: 1 ampolla a diario, sublingual y fuera de las comidas
La duración de la suplementación con estos oligoelementos debe ser evaluada por el profesional
según los datos analíticos y según la sintomatología que exista en cada caso.